Distintos operadores ferroviarios señalan que la principal causa para de los embargos es la falta de personal capacitado en el manejo de trenes y motores, a lo que se le suma la falta de señaleros y trabajadores en las vías.

Bria Ossenbeck, analista de JPMorgan señala “Los ferrocarriles dijeron que todos están tratando de crecer, de agregar más personal, pero en última instancia, en realidad no pueden crear una nueva demanda. Solo están tratando de hacer coincidir sus planes, sus activos, con lo [la carga] que llega a la red”

Si bien algunas compañías, como Union Pacific y CSX Corp, han logrado tener avances en la contratación de personal, los sindicatos manifiestan preocupación por la escasez de personal, pues sus miembros trabajan con horarios irregulares cada vez más, perdiendo tiempo libre. «Esta legislación pone fin a un problema importante, pero ciertamente aún no estamos fuera de peligro cuando se trata de arreglar la falla de la red ferroviaria de carga», -Chris Jahn, presidente y director ejecutivo del American Chemistry Council.

Históricamente, la industria de los ferrocarriles ha despedido a sus trabajadores a la medida que sus cuotas de mercado han disminuido para reincorporarlos cuando nuevamente suban. Por ejemplo, cuando llegó la pandemia de Covid-19 la demanda bajó y se despidió a centenas de trabajadores, con el objetivo de volver a llamarlos cuando la demanda crezca, no obstante la demanda aumento mucho antes de lo previsto y las compañías ferroviarias tuvieron problemas volviendo a integrar a los antiguos empleados. Ya son varios los ejecutivos que sostienen que el modelo actual está desactualizado, debido a que los ferrocarriles no son rápidos para recuperar trabajadores.

Como se requieren cambios inmediatos, la empresa Norfolk Southern fue la primera empresa ferroviaria en manifestar planes para hacer cambios en las decisiones con respecto a las licencias, ellos quieren buscar la forma de mantener a sus empleados incluso si los volúmenes de carga disminuyen.