Occidente deja atrás la pandemia y es menos tolerante a la interrupción de sus abastecimientos, lo que lleva a la pregunta ¿cuál es el nivel de respaldo de las cadenas de suministro estadounidenses para afrontar este nuevo reto?
La realidad es que el mercado de carga se desacelera y la situación sanitaria en China está empeorando. Desde el 6 de abril, los volúmenes de contenedores fuera de China han caído un 31% y, aunque los inventarios se encuentran en máximos históricos, estos podrían agotarse rápidamente, tal como sucedió en 2020.
Se estima que 300 portacontenedores esperan un sitio de atraque. Además, 500 buques graneleros que contienen piezas de maquinaria, componentes, minerales metálicos y granos -elementos necesarios para el consumo interno del país y que son parte de las cadenas de suministro- esperan atracar lo más pronto posible.
Los contenedores vacíos que tienen como destino las fábricas chinas también esperan ser transportados tierra adentro vía camión. Sin embargo, es imposible descifrar en qué momento se reactivará el sector económico e industrial chino, ya que no existen datos confiables sobre su panorama actual.
Bajo esta directriz, el país asiáticos mantiene bloqueadas a 2 de sus 3 ciudades más grandes: Shanghái, gran centro de finanzas y Guangzhou, una gran ciudad manufacturera. Estas poseen el primer y cuarto puerto más grande del mundo respectivamente, y combinados manejan casi 3 veces la cantidad de carga que EE.UU. importa cada año.
Lamentablemente, se ha demostrado su inefectividad, ya que no ha evitado la propagación del virus, incluso 2 años después de haber sido implementada. Por esto, la variante Ómicron ha planteado nuevos desafíos que, en definitiva, no pueden superarse usando tácticas pasadas, sino que deben reconsideradas y plantearse nuevamente.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China dijo que impulsaría la reanudación de la producción en las principales fábricas de Shanghái, por lo que se está a la espera del calendario que permitirá a las empresas reanudar sus operaciones.
Por otra parte, aspectos como la necesidad de emisiones de carbono más bajas y plazos de entrega más cortos favorecerán la contratación local. No es que el fin de la dependencia de China sea inmediato, pero es probable que algunas industrias empiecen a dirigir sus esfuerzos hacia otros países y puertos.
Fuente: Mundomaritimo